lunes, 26 de julio de 2010

Adiós Madrid

Hoy he dejado Madrid con una rosa en la mano, hasta Septiembre, y he vuelto al paraíso un verano más. Nada ha cambiado.
Sigo echándome un piti destrangis después de cenar mientras el vecino de la casa de al lado toca a la guitarra alguna canción de Nirvana o Guns and Roses, siempre a la misma hora. La vecina de enfrente sigue siendo igual de cotilla y vuelve otro año más a observar a los demás desde el balcón con su bata amarilla. La piscina sigue viéndose igual de bonita iluminada por la noche e invita a un baño. La temperatura es perfecta y este lugar sigue teniendo la misma magia de siempre. Todo sigue igual, menos yo que cada año vuelvo aquí habiendo vivido más experiencias y sabiendo más de la vida.
Cada día llega más gente y poco a poco las terrazas se llenan a partir de las 10. Altea va adquiriendo vida y ya no hay un solo rincón que no me recuerde a algo o a alguien. En cada esquina hay una historia y cuando paso por ellas no puedo evitar sonreir.
Pronto llegarán los amigos de siempre, cada uno con algo diferente que contar. Y no puedo esperar a verles. ¿Y qué pasará este año? El futuro sigue siendo un misterio y me encanta no saberlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario