martes, 29 de junio de 2010

Sabina, por la puerta grande

El pasado Martes fue el concierto de Sabina en las Ventas de Madrid. Tenía pensado ir desde hacía tiempo, y en su momento pensé que a lo mejor no era el mejor día para ir. Pero ahora comprendo que realmente fue el momento clave.

A las 10 de la noche la plaza se empezaba a llenar, con una brisa que anuncia el verano tardío, las luces y todo, bajo el cielo estrellado de Madrid. Parecía que el mundo se ordenaba para dar paso al más grande.

Y así, con "Tiramisú de Limón" Sabina salió al escenario y desde el primer momento conquistó al público, porque incluso a sus cuarenta y diez (y seguramente alguno más) sige sabiendo como emocionar.

Encontramos a un Sabina emocionado y melancólico en la que seguramente sea su última gira, pero allí estaba para darnos una vez más lecciones de vida, para enseñarnos a volver a amar y a cómo curar un corazón roto y para enamorarnos con y de sus canciones.

Con Sabina hay que fumar y pensar, entender cada una de sus palabras e intentar descifrar sus mensajes que se esconden entre picardía y poca verguenza. Siempre encontraréis alguna canción con la que sentiros identificados porque habla de la vida real, de lo que hay y de las personas normales. Sabina no se va por las ramas ni idealiza las situaciones, pero sí es romántico y siempre nos dejará con un atisbo de esparanza.

Solo Sabina en sus conciertos es capaz de crear la atmósfera que allí se respiraba, algo que no se puede explicar con palabras, algo que solo podréis entender cuando esteis allí. Así que os invito a que vayais a cualquiera de sus conciertos de su gira "vinagre y rosas" y que lo disfrutéis, lo sintáis y que, como a mí, os robe el corazón y el mes de abril.

lunes, 28 de junio de 2010

Galicia memories...

Estos días he conocido el paraíso, y mis amigas no entienden mi extraña conexión con los lugares y las ciudades. Pero Galicia me ha sorprendido y sus gentes todavía más.

Si vas por carretera, el contraste es impresionante y es que España tiene de todo. De lo llano de la meseta y la poca vegetación de repente se observa más y más verde y el fuerte sol del verano poco a poco se va escondiendo entre las nubes habituales del norte. Entonces sabes que has entrado en Galicia.

Y bajar las ventanas y respirar, respirar de verdad, una mezcla entre aire limpio y eucalipto. Y es un paisaje tan diferente,  que te preguntas cómo es posible que 500km más abajo los edificios, el asfalto, la polución y las miles de personas de un lado otro pertenezcan al mismo país.

Porque en Madrid jamás verás que una ciudad se construye en las montañas y que los valles sean rias baixas. Jamás verás que el sol se pone por el otro lado al que estás acostumbrado y que cubre el cielo de un naranja fuerte que parece incendiado, ni que sea posible tener el sol encima y a 500 metros esté lloviendo, ni verás el arcoiris entero, ni te sentirás como si te hubieras teletransportado a Irlanda de repente.

Mondariz está en Galicia y de su balneario vive todo el pueblo. En un pueblo de a penas 3 calles y 4 casas todas de piedra viven las mejores personas del mundo. Nadie es tan amable como ellos y en mi vida me han tratado tan bien los camareros. La gente no se queja de sus desgracias ni se encierra en su tristeza, la gente tira para alante porque son gente humilde y si no lo hacen, ¿que les queda?. Gente que se preocupa más por vivir que por los males de cada uno, gente sencilla que realmente aprecia la vida.

Y me he quedado con ganas de más, de conocer bien las rías baixas, pasear al lado de ellas y perderme entre las callejuelas del casco antiguo de Santiago.

martes, 22 de junio de 2010

Lecciones de vida

En unos días he aprendido que el amor no lo es todo, y que querer no es poder. También que este es el gran problema del mundo. Que las circunstancias que nos rodean siempre están ahí y que muchas veces, la mayoría de ellas, estas no son las adecuadas.

Que las diferencias entre personas existen, y que muchas son irreconciliables, pero también que la gente se acobarda, y que la gente prefiere el camino fácil, ¿para qué complicarse la vida? y por una parte tienen razón.
Lo que sí que sé es que no quiero llegar a los 60 y pensar que he vivido poco, y pensar en qué podría haber echo. Quiero llegar a los 60 y pensar "que por mí no quede, he vivido mi vida plenamente haciendo todo lo que podía".

En unos días también me he dado cuenta de que todo en la vida puede hundirse, que puedes pensar ¿y ahora qué? pero que tu familia, y si tienes suerte un par de amigos, SIEMPRE estarán ahí incondicionalmete, pase lo que pase. Yo sí que tengo suerte, he comprobado que no tengo un par de amigos sino que tengo varios y sobretodo a ellas, a las chicas, no las cambio por nada.

El verano ya ha empezado de verdad, empezó ayer y con él un nuevo planteamiento. Todo está abierto y todo es posible. No quiero hacer ningún plan y que todo surja, que el destino decida lo que este verano me depara. Let it be.

miércoles, 16 de junio de 2010

Las aceras de Nueva York

Hoy me he acordado de mis días en NY y se me hace un nudo en la garganta solo de pensar que me faltarían unos 20 días para estar allí... si fuera 2009 claro...

Despertarse tarde pero a una hora razonable y levantar la persiana y ver que estas a un montón de metros del suelo, que es verano en la gran ciudad, ver pasar a la gente por la calle y acordarte que ¡estas en Nueva York! qué mas se puede pedir. Entonces no te da pereza pegarte una ducha, vestirte y salir a la calle tras unas grandes gafas de sol, probablemente porque las ojeras de la noche anterior siguen allí... y la resaca también.

¿Qué desayunar en Nueva York? puesto que solo la primera semana visitas el supermercado y te prometes ser responsable y cocinar y esas cosas... total, ¿para qué? si hay un starbucks en cada esquina, los puestos de perritos se cambian por los de donuts y café hasta las 12 o así y hasta el mcdonals cambia su carta (no recomiendo desayunar en mcdonalds ni borracha, dan una especie de pan dulce con hamburguesa, asqueroso).

Y con el café en la mano a clase. Hasta ir a clase es genial. Montarse en el ascensor y dar al piso 63, abrir la puerta de la clase numero 11, saludar, sentarse y ver las impresionantes vistas desde... el Empire State Building. Guardo cariño hasta a la colgada de la profesora y ella a los españoles que le animábamos la clase llena de coreanos que flipaban con nosotros. "¿Por qué habláis tan alto?" me preguntaban. Y es que los españoles tenemos algo muy peculiar: cuando salimos fuera de nuestro país nos enorgullecemos de donde venimos y queremos demostrar a toda costa que "España mola". Contamos que dormimos la siesta, que el tabaco es barato, que los locales abren hasta por la mañana, que nos gusta liarla, que somos apasionados y... el resto del mundo flipa. Además es encontrarnos un Español en la otra punta del mundo y tratarlo como a un hermano, cuando a lo mejor lo ves por la calle en Madrid y ni te fijas. Y luego llaman facha al primero que lleva una bandera porque se siente orgulloso de su país...

Son las 3 y terminan las clases. Entonces atravesamos la 34 entre miles de personas que te estresan, pero luego andas por Madrid y piensas en cuánto te gustaría estar allí y esquivar y esquivar hasta llegar a la residencia. O pararte a mirar las incontables tiendas que inundan esta calle, o coger algo de comer en los inumerables sitios de comida para llevar (los neoyorkinos no cocinan) porque el español nunca pierde su costumbre de comer a esas horas esté donde esté.

Por la tarde hay tantas cosas que hacer y tantos sitios que visitar... quizá porque no vivo allí y lo valoro más, supongo que es igual que cuando estás en Madrid: también hay millones de planes y de lugares que no se valoran porque los vemos todos los días. Pero supongo que nada es igual que pasear por el soho y hasta pisar ese suelo echo de menos...

Nueva York no es solo sus lugares sino también las experiencias, también ir en el plan en el que fui yo, y no de turista con tu familia, hace mucho. Es vivir allí y formar parte de todo aquello. Buscarte la vida y tener libertad absoluta para hacer lo que te da la gana en cada momento. Porque en tu casa no puedes estar una noche de cervezas y aguantar hasta las 5 de la mañana para ir a ver un concierto de katy perry en Rockefeller Centre, atravesar la quinta cuando no hay casi coches y ver la ciudad a todas horas y en todos sus estados,

Porque Nueva York es una ciudad que puedes odiar o que te puede enamorar, no hay termino medio y, si te enamora no se te olvida jamás.

lunes, 14 de junio de 2010

Nirvana Alteano

Hacia siglos que no escribia... me fui a Altea y luego... a estudiar pensamiento politico vuelta a la vida y a sumarme a aquellos que seguis en la biblioteca... ahora yo también me quedo mirando el infinito y pensando en aquella playa y en el verano pasado...

Altea, como siempre es otro mundo, cuando estas allí es como estar en otro lugar. Un amigo y yo lo llamamos el nirvana alteano... y solo lo entiendes si estas allí. He aprendido a amar este lugar y a que sea mi trocito d paraíso y mi desahogo de la ciudad.

Alli eres alguien relajado, sin preocupaciones y que mata el tiempo tomando el sol. "Me pones....... ¿una cerveza?" dijo mi amiga Anna Pavlova nada mas ver al camarero del coco-loco la noche que cenamos allí. Porque en Altea todo da igual, como si te pones un pollo en la cabeza. Porque en Altea no importan las apariencias, nadie te conoce y nadie habla español.   

¿ Y qué si haces el ridículo? hay 80 guiris al rededor que seguro que van pero que tu, hacen más el ridículo y tienen más ganas de liarla que tu.

Y aunque la playa sea de piedras y todo en el Albir cierre a las 2 de la mñana, y esté lleno de viejos y tengamos que coger el coche para ir a Alicante, que haya 800 controles de alcoholemia, y que no encontremos la entrada a Isla Marina, y que un viernes por la noche el sitio este vacío y que 100 niños celebren en medio del paseo un concurso de coros Valencianos, y que casi nos robe un grupo de Sarperos y que Anna no se entere de nada... ¿y qué?

Hasta que no estás allí no puedes entender lo que es sentarte en una terraza y mirar el mar durante horas o que atardezca en alta mar, o encontrar un nuevo lugar en el que matarías por estar con esa persona, o tener esa pereza constante que te contagia el nirvana Alteano o ver el anuncio de estrella Damm y que no te de ninguna envidia porque, mucho más es lo que se vive en Altea. Y no lo cambio por nada del mundo.

                                                         

miércoles, 2 de junio de 2010

Tabaco&Sabina

Tabaco y sabina para las primeras noches de verano en las que la brisa se agradece y Madrid empieza a ser agobiante.

Durante el dia el asfalto arde y no se puede estar en la calle sin que el sol aletarge a sus habitantes. Todos vamos mas despacio cuando el sol nos abrasa y estudiamos/trabajamos mientras nuestra mente viaja a una playa con una cerveza en la mano...

Y nos preguntamos cuando llegara el día en el que estaremos allí. El lugar donde el tiempo no existe.

¿Os acordais del verano pasado? Cuando pensamos en el verano nos vienen a la cabeza imagenes del año pasado o una imagen en concreto. Quizás de aquel momento en el que fuimos tan felices que nos da un cosquilleo en la tripa cada vez que lo recordamos...

Porque todavía no sabemos lo que este verano nos tiene preparado. Y nos preguntamos si podrá superar al anterior y nos montamos espectativas que a lo mejor se cumplen o no.

Para mí es Nueva York y caminar por sus calles en una noche en la que todo es posible. Y atravesar el puente de Brooklyn mientras amanece. Parar al otro lado y ver como el sol se alza detrás de los edificios dejando al descubierto la cara de unos buenos amigos, todavía con secuelas de la noche que acababa de terminar.

También es Altea con una buena amiga. Tumbarnos en la playa maquinando el plan de aquella noche y de la siguiente. Que nos diera todo absolutamente igual y vivir al límite. Aunque con ella esto es siempre así y le doy las gracias por ello.

También es ver atardecer en alta mar mientras suena cualquier cancion. Levamos anclas y volvemos al puerto lo más rápido posible. Tanto que hay que cerrar los ojos y dejarse llevar.

Y este verano... ¿qué?. Se que va a ser diferente y que voy a echar de menos Madrid más que nunca por un único motivo...