martes, 29 de junio de 2010

Sabina, por la puerta grande

El pasado Martes fue el concierto de Sabina en las Ventas de Madrid. Tenía pensado ir desde hacía tiempo, y en su momento pensé que a lo mejor no era el mejor día para ir. Pero ahora comprendo que realmente fue el momento clave.

A las 10 de la noche la plaza se empezaba a llenar, con una brisa que anuncia el verano tardío, las luces y todo, bajo el cielo estrellado de Madrid. Parecía que el mundo se ordenaba para dar paso al más grande.

Y así, con "Tiramisú de Limón" Sabina salió al escenario y desde el primer momento conquistó al público, porque incluso a sus cuarenta y diez (y seguramente alguno más) sige sabiendo como emocionar.

Encontramos a un Sabina emocionado y melancólico en la que seguramente sea su última gira, pero allí estaba para darnos una vez más lecciones de vida, para enseñarnos a volver a amar y a cómo curar un corazón roto y para enamorarnos con y de sus canciones.

Con Sabina hay que fumar y pensar, entender cada una de sus palabras e intentar descifrar sus mensajes que se esconden entre picardía y poca verguenza. Siempre encontraréis alguna canción con la que sentiros identificados porque habla de la vida real, de lo que hay y de las personas normales. Sabina no se va por las ramas ni idealiza las situaciones, pero sí es romántico y siempre nos dejará con un atisbo de esparanza.

Solo Sabina en sus conciertos es capaz de crear la atmósfera que allí se respiraba, algo que no se puede explicar con palabras, algo que solo podréis entender cuando esteis allí. Así que os invito a que vayais a cualquiera de sus conciertos de su gira "vinagre y rosas" y que lo disfrutéis, lo sintáis y que, como a mí, os robe el corazón y el mes de abril.

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